¿Pensando en comprar o vender una vivienda? Seguramente ya estás al tanto de los trámites y documentos que tienes que tomar en consideración, y entre ellos, seguro que has oído hablar de la importancia de que la propiedad cuente con la correspondiente la cédula de habitabilidad. Pero ¿qué es y por qué es necesaria? A efectos prácticos, podríamos decir que es el documento que nos permite acreditar que una construcción está lista para ser habitada, ya que su existencia demuestra que el inmueble cumple con las características mínimas de habitabilidad y es apta para su uso como vivienda. Ahora bien, la cuestión va más allá de lo documental ¿Sabías, por ejemplo, que si una propiedad no dispone de este documento es muy posible que no puedas contar con un préstamo hipotecario para la compra?
En Navarra la cuestión de las exigencias de habitabilidad está regulada por el Decreto Foral 142/2004, de 22 de marzo, su cumplimiento ha de ser acreditado por técnico cualificado, y puede afirmarse que es obligatoria por normativa en TODOS aquellos inmuebles construidos que requieran la condición de viviendas. Esto es, aunque en la práctica puedes vivir en una casa sin esta cédula (o con ella caducada), este documento va a ser necesario en muchas de las situaciones más habituales, como es la solicitud de empadronamiento en esa propiedad, el alta de suministros (agua, gas y/o electricidad), la contratación un seguro de vivienda o -esto es importante- la exigencia de contar con este documento (salvo que el comprador manifieste al notario su conformidad con la no presentación del mismo) a la hora de vender.
Y ojo, por que esto es importante: nos pedirán la cédula tanto los notarios, como los registradores y agentes inmobiliarios que se involucren en la venta, pero aún podría ser más relevante: si queremos financiar la compra de esa propiedad con un préstamo hipotecario, la entidad bancaria a la que consultemos nos va a requerir que la propiedad disponga de cédula, ya que este tipo de préstamos solo se concederán a priori a viviendas, y la no posesión de este documento nos obligaría a recurrir a préstamos de otro tipo, normalmente poco viables económicamente.
Evidentemente, debe solicitarse ante el Servicio de Vivienda cuando no hay cédula previa (como en los casos de oficinas que se reforman para vivienda) o cuando esta ha caducado, en cuyo caso deberemos renovarla.
El Decreto Foral establece tres categorías o clases de cédulas de habitabilidad:
Necesitarás:
Puede solicitarse tanto presencial como telemáticamente, en las oficinas del Servicio de Vivienda o del ORVE correspondiente, o a través de la página de Navarra.es, respectivamente. En el caso de vender tu vivienda con VIDANA Inmobiliaria, será nuestro equipo el que se encargue de tramitar la cédula para que esté gestionada a tiempo para la venta, y puedas despreocuparte de esta y otras tantas gestiones.
Después de presentar la documentación y la solicitud necesaria, se realiza la inspección técnica y se remite al cliente los comprobantes de la tramitación y de la solicitud con el número definitivo de la misma. Aproximadamente, podemos contar con un plazo de 45 días laborales, pero esto puede variar en función de las fechas en las que se solicite, o la carga de trabajo del organismo encargado, según la localización de la vivienda.
En la mayoría de los casos (¡no siempre!) se pueden remediar estos puntos críticos mediante obras puntuales. Posteriormente a la realización de las obras, emitirán el certificado técnico y ya se puede proceder a tramitar la cedula.
Sí, en función de cada casuística, encontramos tres opciones:
Vivienda protegida: En este caso hablaríamos de cédula de calificación definitiva, que es el equivalente a la cédula de habitabilidad de las viviendas libres, a todos los efectos..
Vivienda libre nueva (o rehabilitación integral): Para aquellas que, sin ser obra nueva, presentan una reforma o rehabilitación integral de un edificio ya existente, o adaptan una construcción que originalmente tenía otro uso como vivienda, .
Vivienda existente: Se solicitará la renovación para aquellas que ya disponían de ella, pero han caducado.